viernes, 7 de marzo de 2008

Los Caraconos


Cuando abrí los ojos note un fuerte dolor en la sien, estaba muy a gusto con los ojos cerrados, los volví a cerrar.
Había perdido la noción del tiempo, solo sabia que lo que estaba pasando me gustaba. Hice un esfuerzo en recordar, era imposible, mi mente iba de un sitio a otro sin conseguir centrarme en nada. A medida que mis ojos se iban acostumbrando a la luz, pude vislumbrar el los dedos de mis pies entre un tumulto de burbujas.

Empecé mi protocolo de reconocimiento personal, mi cuestionario de facultades mentales:

- Nombre: Felipe
- Edad: 34
- DNI: 70603345909-C ( con C de Cádiz)
- Residencia: Madrid
- Estado Civil: casado (......................)

Este protocolo lo he sacado de las películas de espías, no se si será efectivo pero por lo menos me ayuda a centrar la mente en momento de especial inquietud, me hace relativizar los problemas centrando mi atención en lo primordial de la vida, yo mismo.

Después de unos segundos empecé a tomar conciencia de mi propia existencia, los seres de aspecto humano con esas cabezas exageradamente alargadas finalizando en forma de cono se hacían cada vez más claros. Creí que me habían abducido los extraterrestres, esos seres me miraban con curiosidad. Me recosté un poco para acomodar el ángulo de inclinación de mi vista sobre esos seres y pude comprobar que eran hembras, a juzgar por esas protuberancias que tenían en el pecho. Iban extrañamente vestidas, con una especie de maya de lycra que dejaba al descubierto piernas y brazos, que eran extrañamente iguales a las de los seres humanos. Me fije con algo de rubor en la cabeza cónica que las criaturas lucían, no eran todas iguales, los tres seres tenían la misma forma pero con colores distintos, de hecho, una de ellas, la que debía de ser la jefa mostraba aquella ridícula protuberancia en varios colores chillones.

-Cariño, Cariño, ¿estás bien?,

Debía de estar mas poseído de lo que creía, entendía perfectamente a la del tocado multicolor, se dirigía a mi con una confianza fuera de lo normal, me estaba volviendo loco.......

De repente me di cuenta de la realidad, ,mi mujer me miraba divertida mientras yo me incorporaba en la piscina del spa. Aquellos extraños seres eran mi mujer y sus amigas del gimnasio con esos gorritos ridículos que nos obligan a portar. Me había quedado dormido unos segundos y ellas creían que me ahogaría entre todas las burbujas que se generan en esa piscina.

Me incorpore dignamente y me dirigí al baño turco.

Un saludo.
dedicado especialmente a Miguel. ¿tu posteas?